El atleta granadino está a punto de hacer historia en el deporte español al participar en sus octavos Juegos Paralímpicos, un hito sin precedentes que lo convertirá en el deportista con más participaciones en la historia de España en estas competiciones. 

En el ámbito del tenis de mesa, su logro adquiere aún más relevancia, ya que junto al eslovaco Jan Riapos se convertirán en los únicos jugadores que han competido en ocho ediciones de los Juegos, un récord que abarca tanto el ámbito paralímpico como el olímpico.

La historia de José Manuel Ruiz no es solo un testimonio de longevidad en el deporte, sino también de una resiliencia que ha sido puesta a prueba en este último ciclo paralímpico. Su camino hacia París 2024 ha estado marcado por desafíos que, en algún momento, lo llevaron a cuestionarse si valía la pena continuar. "Me planteé realmente si merecía la pena seguir adelante", confiesa José Manuel, haciendo referencia a la adversidad que tuvo que enfrentar tras quedar fuera del plan ADOP, un programa crucial para los deportistas paralímpicos españoles que provee servicios esenciales, incluido el médico, del cual se vio privado en un momento crítico al estar recuperándose de una lesión en el tendón de Aquiles.

En medio de la adversidad, el apoyo de la Real Federación Española de Tenis de Mesa y de sus patrocinadores privados resultó ser fundamental. Una conversación con el director deportivo de la entidad federativa se convirtió en un punto de inflexión, donde se replanteó este ciclo como si fuera el primero, recordando sus inicios en los Juegos de Atlanta 1996. Sin la presión que en otras ocasiones le había impedido disfrutar plenamente de los Juegos, José Manuel adoptó un enfoque más relajado y tranquilo en su preparación, lo que le permitió, finalmente, asegurarse su clasificación en el Open de Brasil, donde venció en la final al subcampeón paralímpico de Tokio.

El ciclo ha sido más corto e inesperado, pero ha traído consigo una nueva perspectiva para José Manuel. El regalo del Campeonato del Mundo en Granada, en su ciudad natal, en 2022 lo motivó a alargar su carrera hasta esa competición, y la posibilidad de competir en París se convirtió en un algo posible. "Me merecía vivir unos Juegos de una forma más relajada", explica, aunque aclara que esto no significa que no tenga la ambición de ganar una medalla.

Ruiz se muestra orgulloso y feliz no solo por él mismo, sino también por todas las personas que han sido parte de su carrera deportiva, incluyendo a su entrenador durante más de 20 años, Vladimir Choubine, y a su primer entrenador, Juan Requena. "Haberme mantenido en la élite tantos años no es fácil", reflexiona, reconociendo que los récords están hechos para ser superados, pero que, por ahora, ese récord le pertenece.

En el umbral de sus octavos Juegos Paralímpicos, José Manuel Ruiz se erige como un símbolo de perseverancia, determinación y excelencia en el deporte. Su historia no solo inspira a los que lo han acompañado a lo largo de su carrera, sino que también deja un legado imborrable en el deporte español.